Khamlia y su música gnawa
Dicen que quien pierde sus orígenes, pierde su identidad. En el sureste de Marruecos, a escasos kilómetros de Merzouga y las dunas de Erg Chebbí, en el pequeño pueblo de Khamlia, han sabido conservar sus orígenes.
Los habitantes de Khamlia son originarios del África negra, subsahariana, llegaron hace cientos de años con las caravanas que cruzaban el desierto del Sáhara. Con los años, consiguieron su emancipación y con los años cambiaron su vida nómada, asentándose y fundando el pueblo de Khamlia.
Mantuvieron su música, una vez al año celebran el Sadaka, ofrenda religiosa, y durante tres días y tres noches, sin descanso tocan su música y danzan llegando en ocasiones al trance.
Pero fue gracias a la iniciativa de Zaid Oujeaa que la esencia de Khamlia sea la música gnawa. Unos orígenes que se perdían, en donde solo ya los ancianos y algunos pocos, conocían como tocar las castañuelas de hierro, qraqab.
Zaid decidió enseñar música a los niños y jóvenes de Khamlia con el objetivo de proteger y promocionar la cultura de sus antepasados.
La música gnawa tiene como instrumentos las castañuelas de hierro, los tambores y el gimbiri, un bajo de tres cuerdas, entre ellos establecen un ritmo metódico de dos y tres golpes, en donde se añade la voz repetitiva de una frase, haciendo que la canción pueda durar mucho tiempo, produciendo en quien la escucha un estado semi hipnótico.
Hoy en día se ha convertido en una de las músicas más escuchadas en Marruecos, desde la plaza Jmaa el Fna en Marrakech ya podemos ir intuyendo la importancia de cómo la formación en los niños ha llevado a la promoción de esta música.
Llegar a Merzouga, adentrarse a las dunas de Erg Chebbí a lomos de un dromedario, disfrutar de un atardecer sentados en las dunas, con los pies en la arena, dormir bajo un manto de millones de estrellas, despertar y notar el sol en la cara, la luz clara y transparente del desierto, dirigirnos a Khamlia y oír a medida que nos acercamos al pueblo, como la música va tomando protagonismo, es un plan perfecto.
Dicen que viajar nos acerca a vivencias únicas que nos enriquecen la mente y el alma y esta, es una de ellas. Nuestros circuitos personalizados persiguen vivencias inolvidables y únicas, que acerquen a los orígenes y a la esencia de la cultura y las tradiciones de Marruecos.
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